Un experimento sociológico por las calles de Barcelona
ODA A LA INDIFERENCIA
Por Denis Vásquez Alvino
E
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l invierno catalán empezaba a apremiar la
sensibilidad de nuestras pieles. Sudores temblorosos que recorren nuestras
venas ansiosas de calor extrahumano. El atrevimiento a desviar nuestras miradas
lejos de la sensibilidad siempre resultará difícil. Un De pronto, una belleza
anclada a la juventud provoca la marcha de los sin sentido. Su contorno, dulce
y provocativo, lucha intensamente contra
la ceguera de las personas. Será que todos somos danzantes en las vías plagadas
de anónimos transeúntes. Yo soy indiferente y ella baila sola contra todo mientras el tiempo se
paraliza a su ritmo. No existe punto intermedio entre el aprecio y el
desprecio. Tú eres indiferente y su silueta danzante produce una mezcla de
insensibilidad, frialdad y desinterés. Mientras tanto dibuja una nube más en el
cielo de los títeres de carne y hueso que se hacen llamar personas. Nosotros
somos indiferentes ¿Bailamos?
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