jueves, 11 de diciembre de 2014

EL BAILE DE LA INDIFERENCIA

Un experimento sociológico por las calles de Barcelona


ODA A LA INDIFERENCIA


Por Denis Vásquez Alvino

E

l invierno catalán empezaba a apremiar la sensibilidad de nuestras pieles. Sudores temblorosos que recorren nuestras venas ansiosas de calor extrahumano. El atrevimiento a desviar nuestras miradas lejos de la sensibilidad siempre resultará difícil. Un De pronto, una belleza anclada a la juventud provoca la marcha de los sin sentido. Su contorno, dulce y provocativo, lucha  intensamente contra la ceguera de las personas. Será que todos somos danzantes en las vías plagadas de anónimos transeúntes. Yo soy indiferente y ella baila sola contra todo mientras el tiempo se paraliza a su ritmo. No existe punto intermedio entre el aprecio y el desprecio. Tú eres indiferente y su silueta danzante produce una mezcla de insensibilidad, frialdad y desinterés. Mientras tanto dibuja una nube más en el cielo de los títeres de carne y hueso que se hacen llamar personas. Nosotros somos indiferentes ¿Bailamos?


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