El largo periplo de los damnificados por las guerras
Por Denis Vásquez Alvino
El sonido del silencio se populariza cuando la
guerra ha terminado. Sin embargo, la paz nunca ha sido sinónimo de tranquilidad
en el epitafio de los conflictos bélicos. Durante el final de la guerra civil
española surgieron grandes incógnitas al respecto. Una de aquellas, y por no
decir la más significativa de todas, fue vivida en carne propia por Robert
Capa, aquel intrépido fotógrafo que logró marcar un hito importantísimo en la
historia de la fotografía gracias a su entregado trabajo de fotoperiodismo de
guerra.
El incesante Capa mientras se encontraba en su periplo por España cumplía la complicada labor de estar de lado del bando de los perdedores. Un hecho que ya había experimentado en su anterior experiencia profesional durante su estadía en China. Mientras tanto, cuando corría el primer mes de 1939 Capa logró captar las imágenes más impactantes de aquella parte de la población española que se vio sometida bajo la represión franquista al termino de la guerra civil.
Una gran masa de seres humanos que se vieron obligados a huir de sus lugares de origen en búsqueda de un futuro mejor que les garantizara un destino fructífero y positivo lejos de aquella pesadilla que significaría el tirano régimen de Franco. Capa logró entender lo difícil que significaba dejar tu pasado de lado con la única finalidad de encontrar un buen futuro para los tuyos. Esa consigna se convirtió en el gran sueño de miles de españoles que lucharon por lograrlo en su huida hacia la frontera con Francia desde las tierras tarraguenses.
A través del compendio fotográfico de Robert Capa, es posible penetrar en la piel de los refugiados. Sentir el auxilio que expresaban sus miradas. Aquel desconcierto que no les auguraba un siguiente amanecer en sus retinas. Capa inició la triste pero tan necesaria tarea de muchos profesionales de la fotografía, es decir, retratar la la desesperación de la gente cuando el ser humano, producto de la miseria, se olvida precisamente de ser eso, humano.
El incesante Capa mientras se encontraba en su periplo por España cumplía la complicada labor de estar de lado del bando de los perdedores. Un hecho que ya había experimentado en su anterior experiencia profesional durante su estadía en China. Mientras tanto, cuando corría el primer mes de 1939 Capa logró captar las imágenes más impactantes de aquella parte de la población española que se vio sometida bajo la represión franquista al termino de la guerra civil.
Una gran masa de seres humanos que se vieron obligados a huir de sus lugares de origen en búsqueda de un futuro mejor que les garantizara un destino fructífero y positivo lejos de aquella pesadilla que significaría el tirano régimen de Franco. Capa logró entender lo difícil que significaba dejar tu pasado de lado con la única finalidad de encontrar un buen futuro para los tuyos. Esa consigna se convirtió en el gran sueño de miles de españoles que lucharon por lograrlo en su huida hacia la frontera con Francia desde las tierras tarraguenses.
A través del compendio fotográfico de Robert Capa, es posible penetrar en la piel de los refugiados. Sentir el auxilio que expresaban sus miradas. Aquel desconcierto que no les auguraba un siguiente amanecer en sus retinas. Capa inició la triste pero tan necesaria tarea de muchos profesionales de la fotografía, es decir, retratar la la desesperación de la gente cuando el ser humano, producto de la miseria, se olvida precisamente de ser eso, humano.
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