sábado, 29 de marzo de 2014

VIETNAM, UNA DERROTA A LA AMERICANA

Cuando el ímpetu y el amor por la patria vencieron a la prepotencia imperialista


Por Denis Vásquez Alvino

A propósito de Vietnam, un día como hoy los estadounidenses abandonaron Vietnam luego de sufrir una estrepitosa derrota a manos del  impetuoso ejercito vietnamita del lado rojo.  ¿Quién podría pensar que los grandes salvadores del mundo y abanderados de la democracia internacional iban a sufrir tal histórica derrota? Sin duda alguna, ellos nunca lo hubieran imaginado y muchos menos el mundo entero que veía absorto como un, hasta ese momento inofensivo, régimen comunista ubicado en la inhóspita Vietnam, para muchos desarrollados occidentales, pudo arrasar con el poderío militar y mediático que representaba hasta ese momento los Estados Unidos de Norteamérica..

La guerra de Vietnam surgió a causa del enfrentamiento entre las guerrillas comunistas de Vietnam del Sur (también llamadas Viet Cong y que contaban con el apoyo de sus vecinos del Norte) y el gobierno de este país. Este hecho, que podría haber sido uno de tantos conflictos de los que han ocurrido a lo largo de la Historia, adquirió muy pronto una dimensión internacional pues los Estados Unidos ofrecieron, como ya era de costumbre ante todo indicio comunista, su apoyo al ejército del sur para impulsar la guerra.
Era la época de la guerra fría y Vietnam no fue visto por los americanos como una nación que necesitaba auxilio ante el inminente derrumbe de su gobierno, sino como un territorio clave para evitar que el comunismo se pudiera continuar extendiendo por toda Asia, zona bajo la influencia de países como China y Japón.
Sin embargo, la aventura no salió como ellos esperaban. Más allá de las consecuencias políticas, esta contienda originó una serie de acontecimientos sociales que marcaron a toda una generación y que hoy todavía perduran en la memoria de todos, gracias, en parte, al legado que el mundo de la música y del cine nos ha dejado sobre este episodio tan nefasto de la historia.

El 16 de marzo de 1968, una compañía de soldados estadounidenses entró a la aldea de My Lai 4 en Vietnam. Más tarde un soldado dijo: "Nos ordenaron matar y destruir todo lo que encontráramos en la aldea. Nos dijeron claramente que no debíamos tomar presos". Otro soldado describió lo que pasó: "No hubo resistencia. Solo vi tres armas y no sufrimos ni una sola baja. Era igual a las demás aldeas vietnamitas: ancianos, mujeres y niños. Creo que en toda la aldea no vimos un solo hombre de edad militar". Empezaron a masacrar a los aldeanos. Después un soldado dijo: "Había una anciana en una cama y un monje vestido de blanco le rezaba… El teniente Calley lo arrastró afuera y le dijo algo. Parecía que el monje rogaba que no lo matara. Calley lo empujó hacia el arrozal y le disparó a quemarropa".
Les ordenaron empujar a todos los vietnamitas a una zanja. Un soldado explicó: "Empecé a dispararles y creo que maté a unas 25 ó 20 personas… hombres, mujeres y niños. Hasta bebés". A un bebé que salió a gatas de la zanja lo agarraron, lo tiraron de nuevo a la zanja y le dispararon.
Hicieron lo mismo por toda la aldea. Quemaron las chozas y los cultivos, y mataron el ganado. A algunos aldeanos les rayaron "Compañía C" en el pecho; a otros los destriparon. A las mujeres las violaron. Un soldado dijo: "No era difícil encontrar gente para matar, estaban por todos lados. Les corté la garganta, las manos, la lengua y el cuero cabelludo. Muchos soldados lo hacían y yo lo hice también". La masacre de My Lai solo se filtró debido a unos soldados que se esforzaron por darla a conocer.
El teniente Calley fue el único condenado por las barbaridades cometidas en My Lai. A pesar de que lo condenaron de asesinar a más de 100 vietnamitas desarmados, ¡solo pasó dos días en la cárcel! El presidente Richard Nixon mandó que pasara el resto de la sentencia bajo arresto domiciliario, en un apartamento en el cuartel Fort Benning, donde cocinaba, recibía invitados, veía la televisión y salía a hacer compras (acompañado de policías militares). Lo pusieron en libertad tres años más tarde y recibió un montón de dinero dando discursos a grupos derechistas.

Detalle curioso a tener en cuenta después que los americanistas defensores de la democracia criminalizaran, de manera tan exhaustiva, los actos nazis perpetrados contra los judíos  tan solo un par de décadas atrás. Ironías de la historia que quedarán en el recuerdo americano. Y es que más de 400 vietnamitas murieron en My Lai y hoy el nombre de la aldea simboliza el salvajismo de Estados Unidos. El gobierno le echó la culpa a unos soldados desbocados, pero como escribió el historiador Howard Zinn: "En cuanto a My Lai, sólo los detalles son únicos".
En el 2004, el periódico Toledo Blade ganó el premio Pulitzer por unos artículos sobre las barbaridades cometidas en Vietnam por la unidad Tiger Force. El Blade informó: "En los refugios subterráneos, mataron a propósito a mujeres y niños con bombas. A los ancianos los mataron en los campos. A los presos los torturaron y los ejecutaron, y guardaron las orejas y el cuero cabelludo como recuerdos. Un soldado le sacaba a patadas la dentadura a los cadáveres buscando oro".
En el libro Flower of the Dragon (Flor del dragón), Richard Boyle, un periodista que fue a My Lai para investigar la masacre, escribió: "My Lai no fue el acto de un solo individuo, ni de un solo pelotón o compañía. Fue el resultado de una campaña concebida, ordenada, planificada y dirigida por el alto mando militar para darles una lección a los aldeanos de la provincia de Quang Ngai. Fue parte de una clara estrategia política, descrita como la ‘pacificación’ de los aldeanos vietnamitas".
¿Qué era esa estrategia de "pacificación"? Para quitarle el apoyo al Frente de Liberación Nacional, acorralaban a los campesinos a la fuerza en "aldeas estratégicas", donde los vigilaban soldados yanquis o survietnamitas. Las masacres como My Lai eran parte de esa estrategia.
Vietnam fue una guerra  injusta envuelta en mentiras. Sin duda, este conflicto se define por sus metas políticas. La invasión estadounidense de Vietnam fue una guerra sin motivos razonables, una guerra de conquista cuya meta era quebrantar la voluntad de un pueblo oprimido e imponer la dominación extranjera. Estados Unidos quería cercar a China e impedir que la revolución maoísta se extendiera y tumbara gobiernos opresivos "como dominós" en Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas. Quería la libertad de explotar a centenares de millones de seres humanos de la región por todos los medios necesarios. La guerra también pasó a ser parte de la contienda imperialista con la Unión Soviética.
La guerra de Vietnam llegó envuelta en mentiras. Washington dijo que defendía a un aliado democrático, Vietnam del Sur, de una invasión desde el norte; pero en realidad los vietnamitas son un solo pueblo y llevaban muchas décadas luchando por la liberación y la unidad nacional: de los colonialistas franceses, los japoneses, otra vez los franceses y, en los años 60 y 70, Estados Unidos.
El presidente Dwight Eisenhower impidió que se celebraran elecciones en el sur de Vietnam e impuso una dictadura. Admitió sin pelos en la lengua que la gran mayoría de los vietnamitas hubieran votado por el dirigente revolucionario Ho Chi Minh si les hubieran dado la oportunidad.
Cuando la guerra revolucionaria se extendió a todo el sur del país a comienzos de los años 60 y puso en peligro el gobierno títere, Estados Unidos inventó un pretexto (el incidente del golfo de Tonkín) para despachar tropas.
Los terribles crímenes que cometió Estados Unidos en Vietnam fueron una consecuencia de la naturaleza de la guerra, según argumentaron sus líderes políticos y militares. Sin embargo, el mundo entero fue testigo de que, una vez más, la prepotencia y y las ansias de poder geopolítico llevaron a Estados Unidos a justificar una guerra que no tuvo pies ni cabeza. Pese a todo, los vietnamitas ganaron aquel conflicto involuntario llevando al ridículo a los abanderados de la democracia y la libertad de los pueblos. Vietnam no sería una Corea ni tampoco una Alemania occidental post Hitler. Este conflicto servirá de ejemplo a otras naciones como Cuba o, sin ir muy lejos, los países de Medio Oriente para combatir a la tiranía americanista.   Crear uno, dos, tres Vietnam es la consigna, tal como sentenciaría el Che Guevara.

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